A las 11:00 h de la mañana del Viernes Santo salían de sus respectivas Iglesias la Virgen Dolorosa y Nuestro Padre Jesús Nazareno para encontrarse en la plaza del ayuntamiento.
Es quizás uno de los momentos más emotivos de nuestra Semana Santa, el momento que sus miradas se encuentran, la de la Madre que ve al Hijo destrozado, la de Jesús que ve a María triste y afligida, y en cada uno de ellos el dolor se hace mayor al contemplar el dolor de otro, a la vez que ambos se sienten consolados y confortados por el amor y la compasión que se trasmiten.
Es quizás uno de los momentos más emotivos de nuestra Semana Santa, el momento que sus miradas se encuentran, la de la Madre que ve al Hijo destrozado, la de Jesús que ve a María triste y afligida, y en cada uno de ellos el dolor se hace mayor al contemplar el dolor de otro, a la vez que ambos se sienten consolados y confortados por el amor y la compasión que se trasmiten.
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